Entre los presos políticos liberados por el gobierno a cambio de rehenes tomados por las fuerzas de oposición había dos a los que se consideró probables presos de conciencia. También la organización consideró presos de conciencia a dos periodistas que estuvieron detenidos durante un breve periodo al hallárseles en posesión de un periódico de la oposición. Fue hallado muerto un hombre que había «desaparecido» en 1992. Se ejecutó a un preso político y se dictaron seis condenas a muerte como mínimo. Los informes señalan que las fuerzas de oposición armada mataron a soldados gubernamentales que habían sido capturados.